Una pareja bien avenida, Avena y Colesterol
Cereal rico, fácil de digerir y que tiene un papel importante en la reducción de los niveles de colesterol. Disfruta de su versión más rica y empieza a incluirla en tu dieta.
De ser una desconocida para el consumo humano –al haber estado relegada para el forraje animal–, poco a poco, y gracias a sus grandes cualidades nutritivas se esté empezando a integrar en la alimentación de toda la familia con resultados magníficos.
Reina de los cereales
Entre tanto cereal masculino (trigo, maíz, arroz…) ha llegado la avena para imponer su reinado. Esta planta, perteneciente a la familia de las gramíneas, es la protagonista indiscutible debido a su composición rica en hidratos de carbono (66 por ciento igual que el resto de cereales), destacando del resto por su aporte de proteínas (17 % avena, 12,6 % trigo, 6,5 % arroz) y grasas eminentemente insaturadas (7 % avena, 1,8 % trigo, 1 % arroz).
Excelentes propiedades
Proteínas esenciales: contiene todos los aminoácidos esenciales.
Aprovéchalos de forma óptima combinando su consumo con algún tipo de legumbre puesto que sus aminoácidos se complementan perfectamente, convirtiéndose así en una proteína de gran calidad.
Digestión fácil: su bajo contenido en gliadina, la proteína del gluten que causa los principales problemas de intolerancia, hace que sea un cereal más sencillo de digerir. Por ello, también es muy apropiada para la dieta de niños, mayores y adultos con estómagos delicados.
Energía para todo el día: sus hidratos de carbono se absorben lentamente, por lo que la energía que proporciona es más duradera.
Mina de minerales y vitaminas: es muy rica en fósforo, calcio y hierro (supera incluso a la carne) y en vitaminas B1, B2, B6 y E. Se trata de un poderoso remineralizante, reconstituyente y un alimento idóneo para chicos en edad de crecimiento y personas que realizan una gran actividad muscular o intelectual.
Qué es el colesterol
En primer lugar, es necesario saber que existen dos tipos de colesterol: el conocido como “malo” o LDL –lipoproteínas de baja densidad– que transportan el colesterol a los tejidos y, el bueno o HDL –lipoproteínas de alta densidad– que recogen el colesterol de los tejidos y lo llevan al hígado para ser eliminado.
En general, se considera que el nivel deseado de colesterol total en sangre debe estar por debajo de 200 mg/dl, el de LDL por debajo de 100 mg/dl y el de HDL por encima de 40 mg/dl.
Amiga de tu colesterol
Si te gusta cuidarte y velar para que tus niveles de colesterol sanguíneo se mantengan dentro de la normalidad debes saber que este cereal puede ayudarte a conseguirlo. La avena destaca por su riqueza en fibra soluble, de consistencia gelatinosa, cuyo componente más destacado y abundante es el betaglucano.
La viscosidad que proporciona esta fibra soluble una vez en el intestino también puede ayudarte a que la absorción de glucosa y su paso a sangre sean más lentos y progresivos, evitando subidas de glucosa demasiado elevadas.
El grano de cebada contiene de forma natural ácidos grasos insaturados, entre los que destaca el ácido linoleico. Este tipo de grasa, cuando sustituye a grasas saturadas, también te ayuda a cuidar de tu salud cardiovascular.
Buenas razones para incluir la avena en tu dieta
1- Nos ayuda a suplementar posibles déficits en situaciones de convalecencia, personas inapetentes, deportistas y época de crecimiento.
2- Por su aporte de fibra soluble e insoluble es muy útil para prevenir el estreñimiento.
3- Gracias al betaglucano ayuda a regular los niveles de colesterol.
4- Sus hidratos de carbono junto con la fibra hacen que la entrada de glucosa en sangre se haga de forma más gradual, por lo que resulta ideal para personas con diabetes.
5- Su posible efecto saciante y la acción que ejercen sobre la absorción de grasas puede resultar útil en dietas de control de peso.
Avena y colesterol, una pareja bien avenida. Publicado en la revista Dieta Sana Nº89, marzo 2015.